Un poema de adolescencia dedicado con todo cariño a un gran bibliotecario y mejor persona Juanma González Antúnez
EL LIBRO
El libro, tirado en la mesa,
lívido, como por ensalmo,
llora con amargura el olvido de sus letras.
Y él, que sólo es papel,
se somete y se esclaviza,
sin que las manos deseadas
le rocen y acaricien sus páginas.
Porque agoniza por ser leído,
no nació para el adorno,
aunque por ahí se asegura,
que mucho embellece el entorno.
Y en su apática apariencia
suspira como tantos otros,
por un corazón y unos ojos
que alimenten su conciencia.
Fiorina Calvo
EL LIBRO
El libro, tirado en la mesa,
lívido, como por ensalmo,
llora con amargura el olvido de sus letras.
Y él, que sólo es papel,
se somete y se esclaviza,
sin que las manos deseadas
le rocen y acaricien sus páginas.
Porque agoniza por ser leído,
no nació para el adorno,
aunque por ahí se asegura,
que mucho embellece el entorno.
Y en su apática apariencia
suspira como tantos otros,
por un corazón y unos ojos
que alimenten su conciencia.
Fiorina Calvo
1 comentarios:
Me encantan todas vuestras actividades y proyectos.
¡enhorabuen y Feliz verano!
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